Una actividad en la que participaron todos los alumnos del centro y que nos gustó mucho fue la construcción de nuestros propios instrumentos. En ella cada grupo elaboró y decoró a su gusto el instrumento elegido. Así los alumnos se convirtieron en excelentes constructores y utilizamos gran cantidad de materiales reciclables. Todos los instrumentos eran muy particulares y tenían su propio sonido . Además, ¿Qué sería de un instrumento musical sin sonido? Aunque no os puedo asegurar que las guitarras estuvieran muy afinadas.
Creo que es muy importante que haya actividades que unan a todos los grupos para conseguir un objetivo común y ésta es una de ellas, independientemente de las posibilidades de cada uno. El que pueda recortar recortará, el que pueda decorar decorará,el que pueda interpretar interpretará… Nos es indiferente. Lo importante es realizar la actividad y participar junto con los demás.
Uno de los mayores atractivos de la música y que la diferencia de otras disciplinas es que es un arte temporal. Un concierto, una actuación, un musical... Lo disfrutas en un momento determinado pero no perdura en el tiempo como ocurre con la pintura o la escultura. En esta ocasión realizamos una actividad que pudiera perdurar un poquito en el tiempo y así los alumnos pudieran ver su trabajo durante varios días.
De esta manera, no sólo ven su trabajo y se sienten protagonistas y orgullosos de él, sino que tienen la posibilidad de explicar a los alumnos de otros grupos qué han construido, fomentando las relaciones entre ellos y sintiéndose importantes dentro del grupo.
Ahí os dejo algunas fotos de nuestros “luthiers” y de la exposición que hicimos luego en el “hall” del colegio. Así que ¡A tocar!